Cuanto menos piensa en grande un gobierno, menos experiencia es capaz de atraer, peores son sus resultados y menos se permite pensar en grande y menos capaz es de hacerlo.
¿QUÉ ES UN SANDBOX?
El término sandbox –traducido literalmente: caja de arena– hace referencia a un arenero, es decir, una caja de arena utilizada por los niños para jugar en un espacio pequeño, cerrado, controlado. Sin embargo, en nuestros días ha ido tomando otro sentido y significado. En particular, primeramente, en el campo de la informática el término se define como “aislamiento de procesos o entorno aislado“ que sería el equivalente al Sandbox en lengua inglesa. Dicho de otro modo, hablamos de la posibilidad de realizar pruebas en un entorno aislado.
En informática, los sandboxes son mecanismos para ejecutar programas con seguridad y de manera separada. Así se prueba el software nuevo o no confiable. Ello tiene como objeto poder controlar con precisión, aisladamente, sin riesgo qué ocurre al probar ese programa (no solo sus funcionalidades, sino que al tratarse de pruebas reales podemos ver por ejemplo qué espacio temporal en discos y memoria ocupa,..). Los sandboxes se deben realizar en espacios controlados o aislados (de hecho en informática llamamos Applets a los programas que se ejecutan en aislamiento o contención, y celdas a los límites de recursos impuestos…) y ello justamente permite, excepcionar el uso a partIr de probar en real (por eso en informática se suelen utilizar máquinas virtuales que lo que hacen es emular la realidad; emular un ordenador y ejecutar el programa como si realmente estuviera instalado no encasilladamente sino en total.
Trasladado a otros ámbitos, en 2016 en Reino Unido comienza a hablarse de los sandboxes regulatorios en donde las empresas querían acompasar las estrictas regulaciones financieras con alternativas al negocio tradicional de los servicios financieros. En Francia contamos con la iniciativa lanzada en 2016 conocida como France Experimentation. En Holanda o Singapur, también en 2016, se lanzaban iniciativas en este campo. En Japón en 2017 se lanzaba el sanbox del Plan Abenomics a través del cual las empresas que buscaran experimentar innovaciones podrían presentar sus propuestas a las agencias gubernamentales competentes, para que les otorgaran autorizaciones de tiempo limitado.
Dicho de otra manera, existe una ligazón entre la necesaria apuesta porque de la mano del avance tecnológico puedan existir espacios de pruebas, laboratorios en real, que permitan probar nuevos modelos de negocio.
En relación con España y las fintech, la Ley 7/2020 de 13 de noviembre, para la transformación digital del sistema financiero, estableció un conjunto de medidas de acompañamiento a la transformación digital del sistema financiero destacando la creación de un espacio controlado de pruebas o sandbox.
En todo caso, la participación en el espacio controlado de pruebas hace necesario garantizar plenamente los objetivos de política pública en tres ámbitos especialmente sensibles: la protección de datos de carácter personal, la protección a los usuarios de servicios financieros y la prevención del blanqueo de capitales y de la financiación del terrorismo. Los bienes jurídicos identificados en cada una de estas tres áreas deben quedar completamente protegidos, de forma que el riesgo asumido quede mitigado o eliminado a través del establecimiento de medidas compensatorias para dejar indemnes de cualquier perjuicio a los participantes en las pruebas, siguiendo un esquema similar al ya previsto en otros ámbitos sectoriales que requieren igualmente la máxima protección, de los que el ejemplo paradigmático es la legislación vigente sobre ensayos clínicos. Esta trata de aumentar la calidad de la salud pública gracias a las posibilidades de la innovación y la investigación, sin que pueda suponer ningún tipo de desprotección para los pacientes, sino todo lo contrario, que sirva como mecanismo indispensable para evitar tratamientos y fármacos lesivos y, en general, para que la innovación se ponga al servicio del interés principal: curar mejor. Del mismo modo, el entorno de pruebas será un espacio controlado por las autoridades responsables con la finalidad última de contribuir a facilitar el acceso a financiación como motor de la economía y a mejorar la regulación actual.
Dentro de los sandboxes podemos señalar la existencia de sandboxes regulatorios –que van ligados a la definición propia del Sandbox– y los que NO lo son.
Los sandboxes regulatorios surgen precisamente porque los participantes no van a poder cumplir con los requisitos reglamentarios y normativos establecidos en el mercado para la realización de actuaciones, proyectos o servicios de carácter innovador, permitiendo, precisamente, dotar a ese espacio controlado y liberado del cumplimiento de esos requisitos, de mayor flexibilidad a la hora de realizar este tipo de pruebas, siempre incorporando una serie de garantías en aras a minimizar el riesgo que puede llevar consigo la experiencia piloto de este nuevo modelo de negocio. El sandbox va a generar un espacio seguro de pruebas tanto para la entidad pública creadora del Sandbox, puesto que va a definir un procedimiento singular para este tipo de actuaciones, así como para los operadores económicos que van a poder desarrollar sus actuaciones sin temor a asumir el riesgo de ser sancionados por incumplimiento de la normativa existente.
El estudio realizado por la Fundación COTEC “Regular el Futuro, el Sistema Sandbox, una aproximación para España” define en que consiste un sistema sandbox al señalar que este:
“Sistema permite conocer en mayor profundidad los beneficios y riesgos de un nuevo producto o modelo de negocio, dando la posibilidad de afinar y ajustar las innovaciones en un entorno de mercado. De esta forma, se minimiza la inseguridad jurídica y se ayuda a mejorar el acceso a la inversión al ofrecer un marco seguro y predecible a los proyectos de innovación. Al mismo tiempo, facilita la colaboración entre administraciones, empresas y ciudadanos, contribuyendo a modernizar el contexto regulatorio de las actividades productivas y, por encima de todo, asegurando la protección de los derechos de los ciudadanos”
Dicho de otro modo, al diseñar el banco de pruebas o Sandbox debemos interrogarnos primeramente si queremos (queremos y podemos –en caso de tener competencia para ello-) excepcionar normativa existente o por el contrario, el Sandbox se va a ceñir a definir un entorno de pruebas que no afecte a la normativa existente. Dicho de otra manera, se regulará los procedimientos de acceso al Sandbox, se procedimentarizará cómo solicitar el acceso y cómo debe comportarse quien haga uso de él pero sin excepcionar la normativa (en nuestro caso sin excepcionar Ordenanzas y reglamentos locales -pues el resto de normativa nunca pudiera verse afectada salvo que exista una norma con el rango pertinente que lo excepcione-).
Como caso de ejemplo para entidades locales, en este marco, en el marco del proyecto subvencionado por la Agencia Valenciana de la Innovación y denominado “Proyecto para el impulso y la gestión de la CPI en el Ayuntamiento de Alcoy dentro del marco estratégico de la agenda urbana” ha surgido la necesidad de generar un marco que defina cuáles son los objetivos y procedimentalización que permita ofrecer la seguridad jurídica necesaria al Sandbox que se quiere implementar en la ciudad de Alcoy, así como dotar de formación específica a los técnicos municipales implicados en este materia sobre el conocimiento y la capacidad que les permitan la utilización y el correcto funcionamiento del Sandbox.
Tras la fase de Diagnóstico, es un placer poder acompañar a esta entidad en el desarrollo y procedimentación de su Sandbox.
Ojalá genere, sirva para ordenar y procedimentar un espacio en que los operadores económicos puedan probar nuevos productos o tecnologías de forma segura y obtener información que permita ayudarles a avanzar.
Apoyar la I+D y al avance de nuestras empresas a través de estos mecanismos es una forma de colaboración público privada imprescindible
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